Desde una mirada más comercial del sector de suministro de equipos, soy de la idea que los usuarios, en general, ya conocen las principales características y diferencias de uno u otro equipo de aquellos reconocidos fabricantes de instrumentos de campo.
Estoy pensando en empresas de prestigio y alcance mundial para condiciones severas, como los procesos mineros. Todos ellos están habitualmente en lo que se conoce coloquialmente como “lista corta” en las licitaciones de la categoría, donde si bien los equipos tienen diferencias, éstas no son finalmente determinantes en la decisión de adquisición, como sí lo son el precio, plazo de entrega, soporte de posventa u otras más estratégicas.
La variable soporte de posventa es muy importante, porque de nada sirve tener un excelente equipo técnicamente, sino se tiene la capacitación, entrenamiento o servicio adecuados; conocimiento especializado frente a consultas y problemas, manejo de contingencias o requerimientos; herramientas, equipos y repuestos en stock disponibles localmente.
En estos casos, un buen distribuidor o representante cuenta con un rol fundamental, y en muchas ocasiones, una mejor cobertura geográfica que el mismo fabricante, para atender las urgencias y necesidades de los clientes dispersos en el territorio nacional, directamente en terreno, ahí donde las papas queman…
Sin perjuicio de lo anterior y desde una mirada más técnica, cada cierto tiempo aparece en el mercado una tecnología disruptiva o emergente, que rompe con los paradigmas y permite dar un salto, diferenciándose del resto de los equipos conocidos y probados. Casos hay varios en el ámbito de la instrumentación, pues cuando se cree que ya todo ha sido inventado, aparecen innovaciones sorprendentes, fijando un nuevo estándar.
Por mencionar un ejemplo, la medición de densidad en pulpas se viene realizando desde hace mucho con equipos nucleares, los que si bien cuentan con probada efectividad conllevan una serie de exigencias y permisos especiales, procedimientos engorrosos de seguridad y papeleo administrativo, dada su naturaleza.
Investigadores en Estados Unidos desarrollaron hace algunos años un Densímetro No Nuclear, basado en el monitoreo de vibraciones generadas por un percutor sobre la tubería y un sensor de alta sensibilidad.
Mediante un algoritmo avanzado, analiza la información en línea, generando una medición de alta precisión, no invasiva, libre de permisos engorrosos e instalación simple, en prácticamente cualquier tipo de tubería independientemente del material y diámetro, con mínimo mantenimiento, mostrándonos una vez más que las cosas se pueden hacer de forma distinta y mejor.
Veremos con qué nos sorprende la investigación y desarrollo de la instrumentación de campo, en los próximos años.
