Uso de bombas centrífugas autocebantes para impulsión de aguas residuales
En ocasiones, el manejo e impulsión del agua está inserto en procesos tremendamente exigentes, que requieren equipos de impulsión de alto rendimiento, capaces de soportar y resistir condiciones de operación extremas. Un ejemplo claro de este tipo es el relacionado con el bombeo de aguas residuales o servidas.
Considerando al bombeo de aguas servidas como un sistema crítico, este demanda equipos especializados que aseguren su correcto funcionamiento. En el mercado nacional existen bombas centrífugas autocebantes (con varios modelos en distintos tamaños -desde 1½” hasta 12”- y diferentes diseños hidráulicos), especialmente diseñadas para entregar soluciones de alta eficiencia en el manejo de aguas servidas. También se pueden fabricar plantas elevadoras compactas, completamente automatizadas, las cuales pueden ser instaladas bajo tierra en parques o zonas residenciales para no alterar el medioambiente o el entorno circundante.
La bomba centrífuga horizontal autocebante se caracteriza por tener un impulsor del tipo abierto, diseñado para permitir el paso de sólidos en suspensión y trabajar en la superficie sin descebarse, pues su diseño permite mantener el impulsor siempre inundado, aunque la cañería de succión esté seca y la válvula de retención, dañada.
Principales ventajas de las bombas autocebantes
Este tipo de bombas fue concebido para privilegiar el paso de sólidos y poder autocebar la bomba, a pesar de la presión de descarga, logrando evacuar un gran caudal. Estos equipos permiten el paso de materias en suspensión de 3” de diámetro esférico y manejan caudales de hasta 3.500 gpm. La mayoría de las plantas elevadoras y de tratamiento de aguas servidas requieren este tipo de cualidades en una bomba.
Otra de sus ventajas es la reducida y fácil mantención que requieren, ya que su diseño permite acceder al interior de la bomba, sacando solo las abrazaderas manuales. Su operación es confiable, aun en condiciones de trabajo continuo de 24 horas por día y 365 días al año. Para lograr estas características, fabricantes como Gorman-Rupp, se enfocan no solo en el diseño sino también en la calidad de los materiales, por ejemplo en la carcasa, que es de hierro centrifugado al vacío, cualidad que le confiere una muy buena resistencia a la abrasión química, ya que está libre de poros.
Por otra parte, los sellos mecánicos son fabricados por la propia fábrica, teniendo características muy adecuadas a los distintos tipos de aplicaciones, como son los sellos en caras de carburo de tungsteno con lubricación externa.
